Santi Villamayor nos remite

su reflexión después de

la reunión del Foro de Cristianos

de Zaragoza, preparatoria

del próximo encuentro

que tendrá lugar este otoño.

He recibido el acta de la última reunión del foro, por cierto gracias por la rapidez, y veo como al final se ha recogido parte del pequeño debate que tuvimos y mediante el cual superamos un poco nuestra condición de organizadores para ser también sujetos de reflexión. Esa es la intención de hacer grupos tras la ponencia y de presentar algunas cuestiones a las ponentes con suficiente tiempo para que se lo preparen, como siempre hemos hecho.

Me quedé pensativo en el tema de la igualdad y el modelo con el que queremos igualarnos, tanto varones con mujeres. Salió en la conversación que hay muchos modos de interpretar el seguimiento de Jesús y que la pluralidad es un bien a cuidar. Recuerdo en este sentido como Luismi dijo que la igualdad había que referirla a la persona de Jesús. Y así es y me alegré y por eso añadí un poquito de mi manera de interpretar a Jesús. Sin que ninguna de estas maneras sea el único referente a la inspiración que de los evangelios se deriva. Esa sabiduría consistente más o menos en la aproximación a los más débiles, la búsqueda del “Reino”, el cultivo del vigor interior, el sentimiento de comunidad, la esperanza de que haya algo que restituya a la víctimas, etc.

La gran demanda “Hasta que la igualad sea costumbre…" se convierte en la pregunta de hasta dónde queremos llegar. La pregunta de si esa igualdad de varones y mujeres la establecemos con la actual configuración de la iglesia (logros femeninos en la dirección de la Iglesia, en el ejercicio ministerial y sacramental, en el gobierno teológico, pastoral y de la economía, en la fijación de la doctrina…) con lo cual poco hemos avanzado o más bien con ese plural movimiento de Jesús que se prefigura en su sabiduría o inspiración. Os paso un párrafo que escribí hace poco y que refleja mi comprensión de Jesús de Nazaret y consecuentemente de la iglesia de la revuelta y de la igualdad varón mujer que allí podemos establecer

“Jesús es un relato inspirador, una historia incompleta y un constructo religioso. Se edificó un mito o relato desde la veneración de los que convivieron con él. Y a partir de ese mito unos intentaron reconstruir su historia, su “vida y milagros”, un propósito atrevido con resultado muy valioso pero algo engañoso según se interprete. Otros construyeron un inmenso edificio racional desde la preeminencia y autoridad de la “filiación divina”, el Cristo Hijo de Dios; es la interpretación redentora posterior al mensaje evangélico, elaborada por Pablo, los primeros concilios y S. Anselmo. Pero el dato originario es el relato de fe.

No hay otro Jesús hoy por hoy que el transmitido en el relato creyente de los discípulos de segunda generación que no vivieron con El. Y eso es un relato poético no histórico. El Jesús histórico es una reconstrucción, suficiente para ser un apoyo mínimo a la poética de su inspiración. Pero muy novelado. Hoy día la mayor parte de los exegetas explican que tanto los milagros y las apariciones como los relatos de la infancia y de la pasión son figuraciones de la fe, con la pretensión de enaltecer la figura de Jesús. La expresión más elevada es la confesión de Hijo de Dios, que debe entenderse en sentido simbólico y no realista. El estilo midrásico judío (remitir siempre los dichos y hechos de Jesús a las promesas del AT, haciendo valer sus profecías como realizadas en el mismo Jesús) y la influencia grecorromana configuraron la historia a su gusto. El Cristo de la Iglesia es entonces un constructo sumativo de todas las experiencias y diferentes teorías de veinte siglos. “No sabremos nunca quien fue Jesús pero sí nos dejó una sabiduría muy valiosa.

Desde esa inspiración, la Iglesia y su estructura se desmoronan y la igualdad se aleja de Jesús, y resulta más una asimilación con el error que un acercamiento al origen. Pero la revuelta de las mujeres (vista desde este varón pero vosotras sois las protagonistas) es revuelta inspirada en Jesús, no en la actual Iglesia. Re-vuelta a los origines, a la sabiduría y la inspiración evangélica.

Santi Villamayor, 28-5-2021