miércoles, 2 de junio de 2021

 Evangelio y feminismo

Comentario a la denuncia de Lucetta Scarffia, 
fundadora del suplemento de L´Observatore Romano

Hola Isabel y compañeros del foro,
Ayer pasé un rato con el libro que nos enviaste. Gracias. Su contenido principalmente es una denuncia de la autora Lucetta Scarffia, fundadora del suplemento de L’Observatore Romano, “Donne Chiesa Mondo” que fundó hace unos años. Es un testimonio reciente y en él critica la sumisión de las religiosas reducidas a tareas domésticas e incluso a una servidumbre sexual por parte de clérigos, obispos y cardenales.
Deriva todos estos abusos de la concepción patriarcal del sacerdocio, un poder sagrado. Las religiosas que se ofrecieron para servir mejor al evangelio terminan sirviendo a los jerarcas de la iglesia y sus abusos. Expone que el feminismo católico dentro de la iglesia no tiene su motivación en las críticas externas sino en la vuelta a los orígenes cristianos, en la práctica de Jesús y su trato con las mujeres. La investigación feminista descubre cada vez más otro tipo de mujer que la asistenta doméstica del culto o la casa de Dios y del sacerdote.
Uno de los ejemplos que cita para fundar la tesi del origen evangélico de la crítica feminista es la secuencia de la Anunciación. Sin embargo a la hora de esta vuelta al evangelio practica una exégesis poco actualizada. Como he dicho en otra ocasión la mayor parte de los estudios sobre los evangelios coinciden en reconocer que los posibles hechos de Jesús están teñidos por un modo de narrar judío enaltecedor de Jésus-Mesías, es decir responden a un estilo midrásico de ratificación de Jesús con las profecías del Antiguo Testamento. Están novelados. La secuencia de la anunciación es claramente un mito para subrayar la grandiosidad y divinidad del que iba a venir.
Si queremos responder a las expectativas y necesidades de la gente de hoy tenemos que desmitificar esa lectura y ser creativos en la inspiración que nos viene del evangelio. La revuelta de las mujeres será a la larga una revolución de esas estructuras eclesiásticas basadas en el poder. El potencial feminista es de tal envergadura que constituye hoy día el mayor cambio social y político. Está empezando a incidir en la iglesia y nos va a arrastrar a todos, conservadores y progresistas, mujeres y varones. Bendito sea el evangelio feminista.
El evangelio feminista supone otra exégesis, otra concepción de la igualdad, de la preeminencia de los derechos humanos, de la priorización de la razón frente a la revelación, del simbolismo sobre el realismo, y de la ruptura del sistema verticalista en el gobierno de la iglesia, entre otros rasgos. De la misma manera que se reinterpreta feministamente esas figuras de la mujer en los “textos sagrados” se puede también reinterpretar desde la secularización, la liberación, los derechos humanos, cualquier pasaje evangélico siempre que se haga desde el espíritu es decir desde la mejor y más bella conciencia y consenso crítico, dese la inteligencia del corazón compasivo, la misma que ejerció Jesús sobre el judaísmo. Es este quizás el camino en el que podemos prestar un mejor servicio al mundo y a la iglesia

Santi, 31,5,2021

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