Red europea

Estamos coordinados con otras comunidades de Europa (Francia, Italia, Bélgica, Austria, Suiza, etc) con varias reuniones al año, para enriquecernos con nuestra pluralidad y compartir experiencias. Cada dos años tenemos un encuentro en alguno de los paises citados abierto a cualquier persona que desee compartir con nosotros espiritualidad, realidad y vivencias.
Nuestra página web: http://www.ccbeurope.org/es/
En este mes de septiembre del 2018 tuvimos el último Encuentro en las ciudad italiana de Rimini; os trasmitimos el documento final:


Manifiesto final de Rimini
Las comunidades cristianas de base de diferentes países europeos (Italia, Francia, España, Austria, Suiza y Bélgica) se han reunido en Rimini (Italia) los días 21, 22 y 23 de septiembre de 2018 en su décimo encuentro “Cristianos por un mundo más justo y por una Iglesia pobre”. El tema fundamental ha sido la pobreza, fundamento de vida de la comunidad de Jesús de Nazaret, a la luz de los sucesos dramáticos que marcan la vida de nuestro continente que conciernen a las relaciones con pobres e inmigrantes. No podemos terminar este encuentro sin haber expresado nuestra profunda indignación sobre la manera en la que la “fortaleza Europa” aborda los problemas de inmigración. 

El continente europeo, que ha estado siempre muy orgulloso de la cultura cristiana en sus orígenes y en su espíritu, se encuentra hoy en contradicción flagrante con el mensaje del Evangelio que asimila a los pobres y a los inmigrantes a la figura misma de Cristo: se levantan alambradas y cordones policiales de defensa en el mar Mediterráneo, se organizan expulsiones y se 

meten en prisión de forma indigna en los llamados “Centros de acogida” a los miles de desesperados, empujados a nuestras costas por las guerras, las persecuciones y el hambre. Desde el 2014 hasta nuestros días más de 16.000 inmigrantes han perdido la vida en el mar Mediterráneo, convertido en un mar de muerte. El viento de los nacionalismos y populismo, que sopla fuerte en todas las naciones, alimenta el fuego de la intolerancia y del racismo e incrementa, sin motivos reales, el miedo al otro, al diferente, acusado de crímenes que no ha cometido. Con la globalización, las transacciones financieras, el dinero y las mercancías circulan en completa libertad, sin embargo no hay libertad de circulación para los hombres y mujeres que por necesidad abandonan sus países. 

Todo esto es inhumano: no es admisible que las naciones más ricas de la tierra, las que han explotado los pueblos de África desde siempre, y crean las condiciones de conflictos que desde hace decenios ensangrientan el continente africano y Oriente Medio, cierren hoy sus puertas a tanto sufrimiento. Decimos ya basta a la segregación de millares de personas desesperadas de Libia, que no es un país seguro, de modo que toda devolución a sus territorios equivale a menudo a una condena a muerte. Decimos basta a los millones de euros que Europa, para bloquear la ruta de los Balcanes, ha concedido a una nación como Turquía donde, bajo el puño de Erdogán, se apagan cada vez más los valores democráticos; decimos basta a cada deslegitimación de las ONGs que han salvado tantas vidas. 

Nos dirigimos con fuerza a la comunidad de creyentes y a sus pastores para que vivan su fe con coherencia, rechazando, por contradecir el mensaje evangélico, toda actitud de discriminación y de racismo; poniendo todo en tela de juicio para preparar, dentro de los límites de su disponibilidad, formas de acogida dignas. Demandamos al parlamento europeo frenar con determinación las derivas xenófobas y racistas que emergen en nuestro continente, cuando los gobiernos sin escrúpulos y empujados solamente por la sed de poder, esparcen semillas de miedo y de intolerancia, atribuyendo a los inmigrantes la responsabilidad de una crisis económica y financiera que tiene otros orígenes.

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