jueves, 30 de diciembre de 2021

 

‘Más fuerte es la Esperanza’

Posted: 2:40 pm, Diciembre 26, 2021

Mensaje Urbi et Orbi del Papa Francisco
Navidad 2021


Queridos hermanos y hermanas: ¡Feliz Navidad!

La Palabra de Dios, que ha creado el mundo y da sentido a la historia y al camino del hombre, se hizo carne y vino a habitar entre nosotros. Apareció como un susurro, como el murmullo de una brisa ligera, para colmar de asombro el corazón de todo hombre y mujer que se abre al misterio.

El Verbo se hizo carne para dialogar con nosotros. Dios no quiere tener un monólogo, sino un diálogo. Porque Dios mismo, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es diálogo, eterna e infinita comunión de amor y de vida.

Dios nos mostró el camino del encuentro y del diálogo al venir al mundo en la Persona del Verbo encarnado. Es más, Él mismo encarnó en sí mismo este camino, para que nosotros pudiéramos conocerlo y recorrerlo con confianza y esperanza.

Hermanas, hermanos, «qué sería el mundo sin ese diálogo paciente de tantas personas generosas que han mantenido unidas a familias y a comunidades» (Carta enc. Fratelli tutti, 198). En este tiempo de pandemia nos damos cuenta de esto todavía más. Se pone a prueba nuestra capacidad de relaciones sociales, se refuerza la tendencia a cerrarse, a valerse por uno mismo, a renunciar a salir, a encontrarse, a colaborar. También en el ámbito internacional existe el riesgo de no querer dialogar, el riesgo de que la complejidad de la crisis induzca a elegir atajos, en vez de los caminos más lentos del diálogo; pero son estos, en realidad, los únicos que conducen a la solución de los conflictos y a beneficios compartidos y duraderos.

En efecto, mientras el anuncio del nacimiento del Salvador, fuente de la verdadera paz, resuena a nuestro alrededor y en el mundo entero, vemos todavía muchos conflictos, crisis y contradicciones. Parece que no terminan nunca y casi pasan desapercibidos. Nos hemos habituado de tal manera que inmensas tragedias ya se pasan por alto; corremos el riesgo de no escuchar los gritos de dolor y desesperación de muchos de nuestros hermanos y hermanas.

Pensemos en el pueblo sirio, que desde hace más de un decenio vive una guerra que ha provocado muchas víctimas y un número incalculable de refugiados. Miremos a Irak, que después de un largo conflicto todavía tiene dificultad para levantarse. Escuchemos el grito de los niños que se alza desde Yemen, donde una enorme tragedia, olvidada por todos, se está perpetrando en silencio desde hace años, provocando muertos cada día.

Recordemos las continuas tensiones entre israelíes y palestinos que se prolongan sin solución, con consecuencias sociales y políticas cada vez mayores. No nos olvidemos de Belén, el lugar en el que Jesús vio la luz, que vive tiempos difíciles, también a causa de las dificultades económicas provocadas por la pandemia, que impide a los peregrinos llegar a Tierra Santa, con efectos negativos en la vida de la población. Pensemos en el Líbano, que sufre una crisis sin precedentes con condiciones económicas y sociales muy preocupantes.

Pero he aquí, en medio de la noche, el signo de esperanza. Hoy «el amor que mueve el sol y las otras estrellas» (Paraíso, XXXIII, 145), como dice Dante, se hizo carne. Vino en forma humana, compartió nuestros dramas y rompió el muro de nuestra indiferencia. En el frío de la noche extiende sus pequeños brazos hacia nosotros, está necesitado de todo, pero viene a darnos todo. A Él pidámosle la fuerza de abrirnos al diálogo. En este día de fiesta le imploramos que suscite en nuestros corazones anhelos de reconciliación y de fraternidad. A Él dirijamos nuestra súplica.

Niño Jesús, concede paz y concordia a Oriente Medio y al mundo entero. Sostén a todos los que están comprometidos en la asistencia humanitaria a las poblaciones que se ven forzadas a huir de su patria; consuela al pueblo afgano, que desde hace más de cuarenta años es duramente probado por conflictos que obligan a muchos a dejar el país.

Rey de las naciones, ayuda a las autoridades políticas a pacificar las sociedades devastadas por tensiones y conflictos. Sostén al pueblo de Myanmar, donde la intolerancia y la violencia también golpean frecuentemente a la comunidad cristiana y los lugares de culto, y opacan el rostro pacífico de sus gentes.

Sé luz y sostén para quienes creen y trabajan en favor del encuentro y del diálogo, yendo incluso contra corriente, y no permitas que se propaguen en Ucrania las metástasis de un conflicto gangrenoso.

Príncipe de la Paz, asiste a Etiopía para que vuelva a encontrar el camino de la reconciliación y la paz a través de un debate sincero, que ponga las exigencias de la población en primer lugar. Escucha el grito de los pueblos de la región del Sáhel, que padecen la violencia del terrorismo internacional. Dirige tu mirada a los pueblos de los países del Norte de África que sufren a causa de las divisiones, el desempleo y la desigualdad económica, y alivia los sufrimientos de muchos hermanos y hermanas que sufren por los conflictos internos de Sudán y Sudán del Sur.

Haz que en los corazones de los pueblos del continente americano prevalezcan los valores de la solidaridad, la reconciliación y la pacífica convivencia, a través del diálogo, el respeto recíproco y el reconocimiento de los derechos y los valores culturales de todos los seres humanos.

Hijo de Dios, conforta a las víctimas de la violencia contra las mujeres que se difunde en este tiempo de pandemia. Ofrece esperanza a los niños y a los adolescentes víctimas de intimidación y de abusos. Da consuelo y afecto a los ancianos, sobre todo a los que se encuentran más solos. Concede serenidad y unidad a las familias, lugar primordial para la educación y base del tejido social.

Dios con nosotros, concede salud a los enfermos e inspira a todas las personas de buena voluntad para que encuentren las soluciones más adecuadas que ayuden a superar la crisis sanitaria y sus consecuencias. Haz que los corazones sean generosos, para hacer llegar la asistencia necesaria, especialmente las vacunas, a las poblaciones más pobres. Recompensa a todos los que demuestran responsabilidad y entrega al hacerse cargo de sus familiares, de los enfermos y de los más débiles.

Niño de Belén, permite que los prisioneros de guerra, civiles y militares, de los conflictos recientes, y quienes están encarcelados por razones políticas puedan volver pronto a sus hogares. No nos dejes indiferentes ante el drama de los emigrantes, de los desplazados y de los refugiados. «Sus ojos nos piden que no miremos a otra parte, que no reneguemos de la humanidad que nos une, que hagamos nuestras sus historias y no olvidemos sus dramas» [1].

Verbo eterno que te has hecho carne, haznos diligentes hacia nuestra casa común, que también sufre por la negligencia con la que frecuentemente la tratamos, y motiva a las autoridades políticas a llegar a acuerdos eficaces para que las próximas generaciones puedan vivir en un ambiente respetuoso para la vida.

Queridos hermanos y hermanas:

Muchas son las dificultades de nuestro tiempo, pero más fuerte es la esperanza, porque «un niño nos ha nacido» (Is 9,5). Él es la Palabra de Dios y se ha hecho un infante, sólo capaz de llorar y necesitado de todo. Ha querido aprender a hablar, como cada niño, para que aprendiésemos a escuchar a Dios, nuestro Padre, a escucharnos entre nosotros y a dialogar como hermanos y hermanas. Oh Cristo, nacido por nosotros, enséñanos a caminar contigo por los senderos de la paz.

¡Feliz Navidad a todos!

 


Santi Villamayor ofrece una serie de figuraciones y reflexiones utilizando como guía las figuritas de mazapán. Un humilde contrapunto a estas fiestas desbordadas por el consumo y la jarana.



viernes, 24 de diciembre de 2021

Otro mundo nace


Ya lucen los adornos de Navidad en las calles y en las casas. El árbol y el Belén están preparados para recibir a Jesús, para hacerlo nacer. Cuando digo Jesús, no digo unos dogmas, sean los que fueren. Digo una vida y una esperanza que renuevan el mundo. Digo el nombre de lo que ya es en el fondo de todo, y la profecía de lo que será plenamente si hacemos que sea.

Son lucecitas prendidas en los corazones y en los árboles. Es la verdadera Navidad. Es el mundo que Jesús veía llegar, un Adviento imparable. Es el mundo que esperó, es decir, que imaginó e hizo nacer de la cuna a la cruz, de la cruz a la cuna y a la pascua. Nosotros también podemos. Si sabemos mirar esas luces con ojos de niño, si nos dejamos alegrar con corazón de niño, entonces también nosotros podremos. Y aunque perdamos ganaremos, como Jesús, María y José.

 


martes, 21 de diciembre de 2021

 La comunidad de CODEF nos comparte 
su celebración del sábado 18, 
Día de las personas migrantes


18 DE DICIEMBRE, DÍA DE LAS PERSONAS MIGRANTES

CODEF 2021-12-18

1. Presentación


2. África. Ismael Lo


 3. Lectura de algunos fragmentos del blog de Círculo de silencio http://circulodesilenciozaragoza.blogspot.com/

4. Lectura de algunos fragmentos de discursos del Papa Francisco

5. Historia de OMAR https://www.youtube.com/watch?v=teffqS5MVio

6. Plegaria

7. Comunión: No me llames extranjero. Rafael Amor
https://www.youtube.com/watch?v=wd1S4QU6qGI

8. Padre nuestro

9. Deep Peace. Bill Douglas https://m.youtube.com/watch?v=oEmvQqg_EpQ

Paz profunda de la ola que corre, a ti.
Paz profunda del aire que fluye, a ti.
Paz profunda de la tierra tranquila, a ti.
Paz profunda de las estrellas que brillan, a ti.
Paz profunda de la dulce noche, a ti.
La luna y las estrellas vierten su luz sanadora sobre ti.
Paz profunda a ti.


HISTORIA DE OMAR. La realidad me atraviesa como un cuchillo. 


Mi corazón está en llamas
Mi fuerza es en vano
Ya no estoy animado
Para vivir el dolor de nuevo
Siento oleadas de lágrimas
Estrellándose sobre mi pecho
Sin aliento,
Caigo al suelo
(no quiero dudar de la vida) Pero ahora dudo
porque la realidad me atraviesa como un cuchillo
(no quiero dudar de la vida) Pero ahora dudo

Pensé que un poco de dinero podría alegrarme el día
No tuve tiempo para postrarme y rezar
Ahora necesito reunir todas mis fuerzas
Y luchar de nuevo

La realidad me atraviesa como un cuchillo
(no quiero dudar de la vida) Pero ahora dudo
porque la realidad me atraviesa como un cuchillo
(no quiero dudar de la vida) Pero ahora dudo (se repite varias veces)

No todo lo que reluce es oro
La vida se compone de altibajos
Ya conocemos las normas
Cuando te desmoronas
Levántate
Sigue avanzando

No todo lo que reluce es oro
La vida se compone de altibajos
Ya conocemos las normas
Cuando te desmoronas
Levántate
Sigue avanzando
 No te quedes demasiado tiempo
En el lado oscuro
Ve hacia la luz

Ahora me doy cuenta
de que la respuesta a mi destino
Estaba dentro de mí
En mí
La respuesta está en mí (se repite varias veces)

domingo, 12 de diciembre de 2021

Ayer sábado 11 de diciembre,
las CCP de Zaragoza
tuvimos, on-line, la celebración de
Adviento
Aquí tenéis el guión de la celebración
que encontrareis completa
en la página de celebraciones de este blog

GUIÓN CELEBRACIÓN CCPS 5-6-2021




Celebración de Adviento

CCP Zaragoza 11 Diciembre 2021


-1ª Lectura: Evangelio de Lucas 3,10-15 ¿Qué hacemos nosotros?

-2ª Lectura:”La esperanza desde Territorio doméstico”: Hacer con lo que tenemos.

-1 Canción-presentación: “Hoy clama mi voz” de Salomé Arricibita.

-2 Reflexión sobre las “pistas para que las quejas no amasen nuestra vida” de Fidel Aizpurua.

-3 Plegaria: “ Gestación y Esperanza” 

-4 Compartimos el pan y el vino. (música de Fondo)

-Padre Nuestro

-Acción de Gracias

-Paz y Bendición

-5 Canción despedida: “La Guerrilla de la Concordia” Jorge Drexler

jueves, 9 de diciembre de 2021




invita a reflexionar con calma
en estos tiempos de
polarización y crispación





Reflexiones y propuestas sobre la polarización política y social en España

escrito por Cristianisme i Justícia - 2 Diciembre 2021

Un grupo de personas a las que nos une la espiritualidad de San Ignacio y la preocupación por la justicia y la convivencia, convocadas por Cristianisme i Justícia (CJ) y la Comunidad de Vida Cristiana (CVX), nos hemos encontrado a lo largo de los últimos meses para compartir nuestro sentir y parecer sobre la situación de extrema polarización que se vive en la política y, por extensión, en la sociedad española. Una realidad que nos duele y nos preocupa como ciudadanía y como creyentes.

El grupo lo hemos conformado mujeres y hombres de diversos orígenes, trayectorias y pertenencias. Desde esa riqueza hemos dedicado varias sesiones a la escucha acogedora, en un espacio de confianza donde compartir las emociones que la polarización nos provoca y las opiniones que nos hemos formado al agudizarse esta fractura social.

Aunque nos acerquemos desde una fe compartida, no tenemos la misma posición sobre todo lo hablado y que aquí se recoge. Este documento no refleja una postura homogénea del grupo, sino un resumen de las reflexiones que han surgido con más intensidad en las sesiones.

El objetivo de este documento es compartir con otros grupos y comunidades estas reflexiones y propuestas, animando no solo a su lectura, sino también a dedicar espacios al diálogo sobre esta cuestión, buscando nuevas vías para el encuentro. Siempre, y más tratándose de un asunto sensible, sugerimos una lectura de mente y corazón abiertos, evitando prejuicios, presunciones y descartes inmediatos de lo leído en base a la posición propia, cuestionando lo que tenemos enquistado, con ojos que miran despacio antes de juzgar. A qué nos referimos al hablar de polarización social y política

Nos referimos al paso de las opiniones sobre temas políticos y sociales, a las posiciones irreconciliables, de ahí al frentismo y la exclusión de quien piensa diferente, para llegar a la quiebra de la convivencia, a la ruptura de relaciones e, incluso, a la violencia.

No apuntamos de forma negativa a una posición política concreta, por extrema que ésta sea y siempre que respete la ley y los derechos humanos, sino a la forma como estas posiciones se enconan y enfrentan.

La polarización no es un fenómeno nuevo, ni en España ni en otros lugares del mundo. Dicho esto, sí constatamos que se ha exacerbado en los últimos años penetrando en muchos espacios de relación interpersonal y con manifestaciones nuevas, alentadas en el terreno digital.

Cómo nos sentimos

Aunque no nos guste, somos conscientes de que la polarización social y política nos afecta. A pesar de enmudecer a veces, hay situaciones en las que participamos de ella y creemos la promesa fácil o la idea empaquetada en un tuit, frente a consensos de calado hondo que tanto ha costado construir.

La agresividad que se llega a producir en grupos, familias, espacios virtuales o presenciales, y también en nuestras comunidades y en la Iglesia, nos desasosiega y nos provoca desesperanza, enfado e incluso miedo. Hay ocasiones en las que optamos por el silencio incómodo para evitar la ruptura, un silencio contenido que conlleva sufrimiento, de quien sabe que las palabras pueden herir. Desorientados, a veces preferimos recluirnos y dedicarnos a cuidar a las personas cercanas, alejándonos de espacios más amplios donde la anulación del otro se ha convertido en hábito.

Nos preocupa lo que esta situación provoca en la juventud, en nuestras hijas e hijos que se encuentran pivotando entre posiciones extremas, atraídos por la aparente seguridad y el sentido de pertenencia que les aportan, sin apreciar los matices de los espacios intermedios que quedan desdibujados.

Finalmente, nos sabemos privilegiados por contar con espacios como este, y otros, en los que sentimos consuelo y seguridad, en la confianza de que podemos expresar lo que pensamos, sabiendo que será acogido por más que sea en el desacuerdo. Sentimos que nuestras comunidades, parte de la Iglesia, deben ser así, espacios donde prime la mirada honda de quienes quieren llegar al fondo, no solo de las cuestiones, sino del ser humano.

Qué vemos

Vemos como se extiende la polarización social y política en todo el mundo, impulsada por actores políticos que la diseñan, financian y atizan con éxito para sacar beneficio en forma de apoyos a su causa, sea a corto plazo (votos, firmas y posiciones) o largo (cambios culturales en valores, creencias y actitudes).

Su extensión y crudeza contamina relaciones de todo tipo: familia, trabajos, amistades y también comunidades de vida espiritual. Los medios de comunicación nos inundan de titulares duros que afianzan lo que cada persona piensa en su polo, sin apenas dejar espacio para la diversidad de posiciones, cada una con sus aspectos positivos, ni para el espacio intermedio. Las redes sociales, que tanto bien pueden hacer de usarse con sensatez, se convierten en lodazales plagados de ideas fáciles, exageraciones e insultos. La evidencia científica dejó de serlo, cuestionada por un hilo de tuits de cualquier agitador de la mentira.

Nos encontramos con este fenómeno en casi todo el mundo, con diferencias, pero con un origen común: el de usar la democracia para luego laminarla. El surgimiento de regímenes autoritarios en la frontera con lo despótico, cada vez en más países y desde aparentes derechas e izquierdas, alienta el “conmigo o contra mí”, persiguiendo las opiniones críticas. El espacio de la sociedad civil se restringe, llegando, en países de institucionalidad más frágil, al extremo del cierre, expulsión de organizaciones e incluso asesinato de sus líderes.

Vemos con desazón cómo consensos internacionales básicos, que costó tanto construir tras hecatombes como la II Guerra Mundial, son cuestionados y atacados. Los derechos humanos no pueden ser juguete de extremismos que los nieguen y alienten su vulneración.

Aunque su manifestación más frecuente es en la tensión derecha-izquierda de la política y la ideología, la polarización también ocurre con formas parecidas en otros terrenos. Este es el caso de la cuestión territorial en el Estado español, con las posiciones excluyentes sobre la soberanía e independencia de Cataluña y, crecientemente, en relación con la concentración del poder en Madrid respecto a otras regiones del país, especialmente las más abandonadas. Este es el caso también del conflicto abierto entre el feminismo tradicional y el que acoge la teoría queer y defiende a las personas trans o con identidades de género no binarias. Un conflicto polarizado que está debilitando la causa de los derechos de las mujeres.

La polarización ofrece soluciones mágicas que no son tales, pero al creerlas firmemente la persona se afirma y se alinea, llegando a sentir con certeza que los “polarizadores” son siempre los otros. Es un fenómeno que cercena la diversidad al perseguir una posición única y hegemónica, empobreciendo el debate y la creatividad inherente al ser humano. Negamos la complejidad al no escucharnos ni reconocernos, al retirar la legitimidad al otro. La adhesión al frente que sea es simple, sin apenas discurso que la fundamente, y acaba centrada en “salvarme yo”, debilitando el compromiso social con las causas del sufrimiento humano.

sábado, 4 de diciembre de 2021

 Santiago Villamayor reflexiona
sobre el próximo sínodo

ANTE EL PROCESO SINODAL


El Papa Francisco ha convocado un Sínodo de Obispos para la conversión y reforma de la Iglesia. Lo recibimos con ánimo y deseamos apoyarle. Sin embargo es un Sínodo de Obispos que aunque quiere contar con la participación del pueblo, no se sale de la doctrina tradicional jerárquica. Lo que hace falta es una nueva interpretación del cristianismo y una asamblea de todos en pie de igualdad. .../...

viernes, 3 de diciembre de 2021

 



Tomado de Religión Digital

Un tiempo de purificación y esperanza
Pedro Miguel Lamet

Cómo afrontar los actuales escándalos en la Iglesia


Los creyentes están muy preocupados por los escándalos de la Iglesia que aparecen en los Medios.

La secularización, el laicismo y la autonomía del hombre sobre la sociedad teocrática ha relegado el poder de la Iglesia. Oigo decir que incluso ha crecido, pese a las libertades democráticas, el “odio a la Iglesia”, el revanchismo contra su influencia desmesurada, e incluso que las fuerzas del mal se la están cargando

Pero, ¿ha cambiado para mal? ¿Era mejor cuando los curas y la jerarquía eran inviolables? ¿Qué sus lacras permanecieran ocultas, que la verdad de sus perversiones se quedaran en cuchicheos de sacristía?

La agresividad actual de algunos medios laicos se ha producido después de siglos de corrupción de una gran parte de la institución eclesial, secretismo, orgullo, dominación sobre las conciencias, falta de libertad de expresión, investigación y opinión en su seno y lacras que ahora se airean sin tapujos

No queremos una Iglesia impecable y triunfalista. El reconocimiento de la debilidad y la humildad, que es nuestra verdad, más que al escándalo nos debería acercar a Jesús que el vernos perfectos, porque “nadie es perfecto, sino solo Dios”.

Hay que evitar la tentación de abominar contra la Iglesia incluso institucional, que es lo que pretenden los que utilizan sus pecados para aniquilarla, sino quererla más para mejorarla desde dentro, defendiéndola en lo que es injusto y proclamando sobre las azoteas su lado carismático y sus virtudes, que existen, y hoy apenas se resaltan.