martes, 18 de febrero de 2025



“Zurcir nuestras vidas con hilos de esperanza, amor y recuerdos”

Me he quedado sin palabras, así que he ido a buscar las de los supervivientes gazatíes como las de Eman Alhaj Ali, de 23 años, que nació y vive en Gaza y es periodista y traductora:

Conforme las horas pasan sí estoy más convencida de que estamos ante un nuevo comienzo. Nos hallamos invadidos por el dolor, la pérdida y también la ira. Está claro que nos costará tiempo curarnos y que nuestra reconstrucción está llena de desafíos, pero tenemos que encontrar en algún lugar de nuestro ser la voluntad de seguir, de reparar no solo nuestros hogares, sino los cimientos de nuestras vidas.

Quiero pensar que esa voluntad comienza a llegar y a extenderse mucho más allá de las paredes destrozadas de nuestras casas. Cada pequeña victoria es enorme: una pared recién pintada, una calle despejada de escombros, el barullo del juego de los niños...

Debajo de las lonas de las tiendas de campaña, también empiezan a brotar risas y las conversaciones animadas de las familias. La alegría florece en medio del dolor y comenzamos a zurcir nuestras vidas con hilos de esperanza, amor y recuerdos. Porque podemos honrar nuestro pasado y proyectarnos en la esperanza de un futuro.

Creo que esta sanación debe ser un viaje compartido. No podemos reconstruirnos aislados y solos. Somos un mosaico de resiliencia, cada pieza somos nosotros, con las heridas del terrible viaje que acabamos que realizar. Desde el domingo pasado, yo siento una profunda sensación de estar conectada con quienes me rodean. Lloramos juntos. Nos reímos juntos. Nuestras historias se entrelazan y veo que puede haber todavía algo de belleza en el sufrimiento.

Son miles de palestinas y palestinos volviendo a sus casas y pueblos o lo que queda de ellos en Gaza después de más de un año de ataques y bombardeos. Es una lección de dignidad seguir teniendo esperanza como para volver y rehacer la vida. ¿Qué van a encontrar? El nivel de destrucción es tal que prácticamente lo único que se aguanta en pie es la esperanza de la gente y las ganas de sobrevivir. (La ONU calcula que un 92% de las casas de Gaza están total o parcialmente destruidas y que 1,8 millones de personas sobre una población actual de 2,1 millones necesitan un techo bajo el que cobijarse o al menos enseres básicos para reinstalarse y las noticias del día 17 de febrero decían que el ejército israelí no permitía el paso de tiendas de campaña a Gaza).

Les llegará la propuesta de Donald Trump proponiendo desplazar a la población palestina a países vecinos, como Egipto y Jordania; tomando el control para convertir a palestina en “la Riviera de Oriente Medio”, violando las normas internacionales y los derechos humanos. Y seguirán soñando que es posible el fin de la ocupación ilegal y que se pueda garantizar el derecho al retorno a sus hogares, en la posibilidad de que se pueda garantizar una paz basada en la justicia y la dignidad y que sea duradera. La paz no debería contradecir la justicia, que es la garantía para que no se repita el genocidio de nuevo.

Cuando se intercambian rehenes y detenidos, los palestinos sin nombre, me intereso por saber el nombre y la vida de algunos palestinos, de los que me sorprende el número. Recojo otros testimonios de gazatíes que pasan desapercibidos en los medios de comunicación:

- Mohammed al Halabi era director de una organización de ayuda humanitaria en Gaza. Tras su detención en 2016 lo interrogaron sin abogado, lo torturaron, lo juzgaron en vistas secretas y lo condenaron a 16 años de cárcel tras un juicio injusto basado en pruebas no reveladas. Todo por su labor humanitaria. “Lo peor fue no saber si mi mujer y mis hijos estaban vivos, no saber cómo se las arreglaban. Si habían sido desplazados o bombardeados, si volvería a verlos algún día. Eso fue incluso peor que el hambre y las torturas a las que nos sometieron”.

- Hani Al Askary, de 35 años, con su casa destruida “Volveré, todos volveremos, reconstruiremos nuestros hogares y crearemos una vida que será incluso mejor que la que teníamos antes. Los palestinos somos gente resiliente, determinada y capaz. Estamos acostumbrados a sobrevivir”.

- Raji Sourani abogado gazatí, fundador y director de la ONG Centro Palestino de Derechos Humanos fue uno de los que impulsaron la causa contra Netanyahu en la Corte Penal Internacional y miembro del equipo legal de Sudáfrica en la demanda por genocidio en la Corte Internacional de Justicia – la Unión Europea no fue capaz de presentar la demanda- responde a los deseos de limpieza étnica de Donald Trump:

(…) Presidente Trump, invitar a Netanyahu y hacer una declaración a su lado llamando a cometer un crimen de genocidio y limpieza étnica va más allá de cualquier límite visto anteriormente. Se trata de la destrucción total de toda la estructura legal internacional. No es extraño que al día siguiente usted firmase un decreto contra la Corte Penal Internacional.

Me tomo sus declaraciones en serio porque llevamos 15 meses sufriendo un genocidio en nuestra propia piel. Un genocidio emitido en directo en todo el mundo y, aun así, la comunidad internacional no lo ha parado. Demasiadas condenas, pero ni un solo acto tangible.

¿Y ahora usted pretende que nos dispersemos por todo el mundo? No, señor Trump, nointernacional de estamos en venta. Pertenecemos a este lugar y este lugar nos pertenece. Somos las piedras del valle; siempre hemos estado ahí y ahí seguiremos para siempre. Lo que no han conseguido hacer en 15 meses de genocidio, no lo van a conseguir ahora. (…)Espero que el mundo despierte y pase algo serio para proteger a los palestinos y acabar con esta ocupación beligerante y criminal.

- Con su propuesta sobre Gaza, Trump “da a Israel mucho más margen de maniobra porque da luz verde a la limpieza étnica como opción política”, dice Jørgen Jensehaugen, del Peace Research Institute of Oslo, además de complicar la segunda parte del acuerdo de alto el fuego ya que Israel se siente totalmente respaldado para todas sus exigencias.

- El activista y antropólogo israelí Jeff Halper lleva décadas estudiando el proyecto colonial de Israel y advierte que, desde la llegada de Trump, Palestina está en su momento más peligroso desde 1948 con la creación del Estado de Israel. “Los burdos comentarios de Trump reflejan el impulso de la política israelí-estadounidense que ha estado claro durante años, pero que ahora está alcanzando su culminación en el proceso de normalización. (…) Que un par de millones de gazatíes sean reubicados de forma semivoluntaria o por la fuerza, o que simplemente se pudran allí bajo alguna autoridad títere palestina o árabe, no supone ninguna diferencia. Israel no tiene ningún interés estratégico en Gaza y, aparte de unos pocos colonos, ningún interés en integrarla en un Gran Israel. Es marginal y prescindible. El principal interés de Israel es sacar a 2 millones de palestinos de su dominio directo y después poner a los tres millones restantes de su bantustán [territorios de la Sudáfrica del apartheid para habitantes no blancos] de Cisjordania bajo algún subcontratista del tipo de la Autoridad Palestina. Así logran un Gran Israel con una mayoría judía del 70-80% que cubra toda la Palestina histórica”.

En el día internacional de la educación (24 de enero) me acordé de las niñas y niños gazatíes asesinados, del 95% de escuelas destruidas, de la interrupción de la escolarización durante los últimos 16 meses, sabiendo el valor que los palestinos dan a su educación como esperanza de futuro. Según un estudio de la Universidad de Cambridge, el Centro de Estudios Libaneses y laUNRWA , el genocidio de Israel va a retrasar al menos 5 años la educación de los niños y niñasgazatíes.

Trump firmó una orden ejecutiva por la que congela los fondos destinados a UNRWA. En virtud de las leyes de la Knesset aplicadas el 30 de enero, UNRWA ya no tiene ningún contacto con las autoridades israelíes, por lo que es imposible plantear preocupaciones sobre el sufrimiento de los civiles o la necesidad urgente de la entrega de ayuda humanitaria. Esto pone en grave riesgo la vida de las personas refugiadas de Palestina y del personal de UNRWA que les atiende. UNRWA es la columna sobre la que se vertebra todo la ayuda humanitaria en Palestina: reparto de alimentos y agua a la población, más de 16.000 consultas médicas al día; educación de los niños y niñas refugiados; pero sobre todo luchan por sus derechos y libertades y alimentan la esperanza en el futuro. ¡El gobierno israelí sabe dónde dar duro!

Pilar Sarto Fraj

No hay comentarios:

Publicar un comentario