jueves, 27 de julio de 2023

El artículo del teologo jesuita
J-I.González Faus,
"Carta a Yolanda Diaz"
publicado en Religión Digital,
ha causado desconcierto y estupor.
Nos hacemos eco de la réplica
que hace al artículo "Mujeres y Teología"
y que susbcribimos en su totalidad

Dueñas de nuestros cuerpos: ¿Qué te pasa, González Faus?

Queridas compañeras,
después de leer con estupor el siguiente artículo que nuestro en otros momentos respetado 
González Faus escribió a raíz de las elecciones, no hemos podido por menos 
que plasmar toda esa indignación que nos ha brotado dentro en el siguiente escrito,
Lo transcribimos tal cual:

DUEÑAS DE NUESTROS CUERPOS

La lectura del artículo de González Faus publicado en Religión Digital bajo el
título Carta a Yolanda Díaz: "No te he votado simplemente por tus vestidos” nos
hizo pasar por una escalada de emociones: del asombro de la banalidad de los
criterios usados en el discernimiento del voto, a la indignación por el trato que se
daba a la líder y candidata a la Presidencia del Gobierno de nuestro país; al
horror de la evidencia, expresada en dicho texto, de que sobre el cuerpo de la
mujer se depositan los pecados de la explotación de la mano de obra de los
países más pobres.
Nosotras nos cuidamos, no somos vanidosas por definición.
Cuidamos nuestro cuerpo y nuestra imagen sin intención de seducir a varón
alguno. Parece que desde el Génesis no hemos adelantado mucho y que la lucha
por una sociedad o un mundo más igualitario se disfraza con muchas caretas.
En estos años de democracia, tan defendida, solo dos mujeres se han
presentado como candidatas a las elecciones generales: Rosa Diez y Yolanda
Diaz. No parece que el círculo masculino quiera perder su hegemonía política y
deja como mucho en las vicepresidencias nuestro “techo de cristal”.
Regresemos al artículo, cuando se dice:
"Quisiera decirte ahora por qué no te he votado. Simplemente por tus vestidos:
por la cantidad, variedad y calidad de ropa con que aparecías cada vez en
público". La pregunta que llega rápidamente a nuestra mente de mujeres es:
¿lleva usted la cuenta del número de camisas, corbatas, trajes, pantalones o
chaquetas que usan sus compañeros políticos? Porque ellos también cubren sus
cuerpos, pero el de ellos no está expuesto a la mirada culpabilizadora
responsable del mal del mundo, de la Humanidad. Y, en el caso hipotético de no
se cambiasen de ropa, eso tiene un adjetivo...
Se afirma en el artículo que "son prendas hechas en Bangladesh en unas
condiciones criminales”. ¿Está seguro de que es así? Tristemente, como
consumidores/as perdemos la información sobre el origen de los productos que
adquirimos en todos los ámbitos de la vida de esta sociedad: deportes, calzado,
alimentación... ¿Conoce usted el origen de su ropa interior? Señalar su
procedencia parece arriesgado aunque no imposible. Y no se pregunta por la
procedencia del vestuario del resto de candidatos. Hay un tema a solucionar
sobre el consumo responsable y ético de nuestra sociedad.
La otra razón que se argumenta en el artículo es “Y otra de carácter feminista:
acabar con la convicción de tantas mujeres de que su cuerpo (y el vestido que lo
adorna o lo resalta) está hecho para agradar, atraer y excitar al varón". ¿De
verdad sigue creyendo que los varones son el centro de nuestro mundo y que
pivotamos entorno a ustedes? Decía Coco Chanel “Una mujer debería ser dos
cosas: elegante y fabulosa”. Fíjese que en esta frase no aparecen ustedes. Lo
sentimos. Cuando nos miramos en el espejo nos gusta vernos guapas y sentirnos libres 
con nuestro cuerpo desnudo o vestido. Retomamos otras citas
de esta diseñadora: “La libertad siempre es elegante” y “Mantén la cabeza, los
tacones y los principios altos”. Como ve, ustedes los varones siguen sin
aparecer. Salen temas a debate: ¿debe existir una regulación sobre la manera
de vestir de las mujeres? ¿Cuál es el objeto de la moda, atraer al macho o
sentirnos bien con nuestros cuerpos?
Tristemente seguimos citando: “el mecanismo primario del varón es que cuando
ve a una mujer, ve antes un cuerpo que una persona. “...Y sería bueno que
vosotras ayudarais a esa tarea masculina en lugar de dificultarla: 
porque eso haría más fácil respetar vuestra dignidad y evitar el tópico ese de la “mujer-
objeto”. ¿De verdad cree que el trabajo es nuestro? 
¿Acaso debemos renunciar a las diferentes maneras de expresarnos
 a través de nuestro cuerpo, 
nuestra ropa y accesorios solo para que ustedes puedan respetarnos más? 
¿No estará en sus miradas el problema? Ya ve, otro tema a pensar.
La verdad es que resulta lamentable que en los párrafos siguientes la relación
mujer-varón se reduzca a un juego de seducción por parte de la hembra hacia el
macho. ¡!Qué pobreza!! ¿No cree que en la seducción también juegan los
varones o los machos (ya no sé qué términos emplear a estas alturas de este
texto) en las campañas? Se quitan los trajes y las corbatas, lucen camisas de
mangas largas pero arremangadas, muy rara vez usan polos y nunca camisetas,
tal vez sean muy baratas. Se arreglan las barbas, los cabellos... y ellos son ¿de
derechas o de izquierdas? Parece que no importa pues el patrón es el mismo:
¿a quién quieren seducir? ¿A los otros machos de la manada?
Para casi finalizar, donde estén unas uñas de los pies pintadas... lo bonito que
quedan esos pies en las sandalias... es uno de los placeres del verano para
muchas de nosotras. No sé si usted mira los pies de las mujeres y de algunos
varones en verano.
Y ahora sí, para finalizar, el subtítulo: "El decir es de izquierdas pero el vestir es
de derechas... Ya me perdonarás". Esta frase nos obliga a la reflexión de si solo
por lo visible, lo externo, debemos criticar a alguien. Recordemos que solo Él
conoce lo que está en lo escondido, lo oculto. Y si no, recordemos la frase más
pagana de “la mujer del César no sólo debe ser... sino también parecerlo”. De
nuevo, qué tristeza que los valores que se defienden por las mujeres nos exijan
un trabajo extra. ¿Qué tal preguntar el precio de los relojes, coches y motos de
nuestros machos políticos? por usar su jerga.
Su artículo nos lleva a una reflexión y a un estudio en profundidad de lo que
supone ser una mujer pública en el ámbito de la política. Gracias.
Está claro que el patriarcado impregna esta sociedad y esta Iglesia, 
incluso a aquellos que en algún momento hemos considerado más "inspirados"
Os invitamos a dejar vuestro comentario.
Y muchas gracias a Yolanda y a todas las mujeres que nos atrevemos a ser libres 
en una sociedad que no lo pone fácil.


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