Un aplazamiento inaceptable (Comunicado de Redes Cristianas sobre el diaconado femenino)
Redes Cristianas se une a distintos grupos católicos de todo el mundo que muestran su decepción y desánimo ante la reciente decisión del Vaticano sobre el diaconado femenino. La cuestión sigue de nuevo aplazada ante el informe de la Comisión (5 votaron a favor, cinco en contra) encargada de estudiar esa posibilidad. La Iglesia Católica se aleja más y más de uno de los signos de los tiempos más claro en el siglo XXI: la igualdad de las mujeres a todos los efectos en relación con los hombres en la sociedad.
Esta igualdad no consiste en ensalzar a las mujeres por serlo, como escuchamos con frecuencia a miembros de la jerarquía eclesiástica, no se trata de ser mejores o peores, sencillamente se pide que se cumpla lo ya dicho por San Pablo en la Carta a los Gálatas: “Ya no hay judío ni griego, no hay esclavo ni libre, no hay varón ni mujer, porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”.
Una de las peticiones más nítidas de los cuestionarios para el Sínodo de la Sinodalidad fue justamente la del papel de la mujer en la Iglesia. Otra vez, clara muestra de lo que significa el sensum fidelium, el sentido de los fieles.
En 1975, la Comisión Bíblica Pontificia confirmó que no había nada en la Escritura que llevara a excluir a las mujeres de la ordenación sacerdotal. Hasta el momento ningún Papa ha dado el paso para el acceso, no ya al presbiterado, sino al diaconado.
Es evidente, como recientemente ha dicho el Papa León XIV, que la inclusión de las mujeres es una cuestión cultural, y también es seguro que un paso adelante hacia el diaconado femenino causaría polémica en los sectores más conservadores de la Iglesia, pero el Evangelio nos nuestra a Jesús de Nazaret, que luchó y rompió esquemas en tantos aspectos de la sociedad de la época.
Por otro lado, la escasez cada vez mayor de sacerdotes está llevando a situaciones que no deberían ocurrir: comunidades que no pueden celebrar la Eucaristía en mucho tiempo, sacerdotes de edad avanzada que están al cargo de muchos pueblos y parroquias…¿Hacía dónde se encamina la Iglesia Católica con la puerta cerrada a las mujeres, a los laicos en general, para tantas funciones y ministerios que podrían desempeñar perfectamente, incluida la ordenación sacerdotal?
Pedimos una vez más al Papa León XIV que reconsidere ese aplazamiento que no se entiende y es inaceptable, que sitúe a la Iglesia en el siglo XXI. Igual que está haciendo con sus proclamas en favor de la paz y del desarme y a favor de los emigrantes, es urgente que en la Iglesia sea una realidad la igualdad plena entre sus miembros, como ya ocurría en los primeras comunidades cristianas y que con el devenir de la Historia, se ha perdido. Si una mujer puede ser Gobernadora de la Ciudad del Vaticano, o estar al cargo de un Dicasterio, ¿por qué no puede acceder al diaconado y al sacerdocio?
En nuestra aportación al Sínodo de la Sinodalidad, en la parte de propuestas, decíamos:
Pensamos y tenemos experiencia de que esta propuesta de Iglesia es posible:
* Si somos capaces de organizarnos como sociedad de iguales, superando en igualdad la misma formalidad democrática que ya estamos realizando en la sociedad civil. Como dejó escrito Pablo en Gálatas 3, 28 donde “ya no hay judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” [pongamos papa-obispos-sacerdotes-laicos, varones-mujeres, LGTBI+…]. Ante esta consecuencia directa del Evangelio proclamada por Pablo, ya no se puede mantener, en el mundo de hoy, una Iglesia de clases y corporativismos donde el poder anacrónico se reparte solo entre varones y al margen de la formalidad democrática. Todo lo que puede hacer un varón en nuestras comunidades es igualmente posible y apropiado para la mujer y, por tanto, la Iglesia debe incorporar a la mujer [y a las otras personas diferentes] a todas sus funciones, tanto de reflexión, como de gobierno y de celebración.
Las comunidades cristianas populares
de Zaragoza, pertenecemos al grupo
de Redes Cristianas.

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