lunes, 2 de noviembre de 2020


Emotiva despedida
 de nuestro compañero
 Andrés a su padre y
a tantas personas
que se nos han ido


AÑO DE DIFUNTOS.

Hoy día de Difuntos, en nuestra cultura cristina, siento que a la vista de este año, no es suficiente con un día para tenerlos presentes y rendirles homenaje. ¡¡Son tantas las personas queridas que se nos han ido¡¡ ( y siguen). 
Personalmente tengo la sensación de que a algunas no les tocaba, biológicamente, pero el Covid-19 y sus efectos colaterales han contribuido a que ya no estén con nosotros. 
Tengo muy presente a las personas que no han podido despedirse de sus seres queridos, que han fallecido en residencias, a esas que todavía sienten el dolor de la ausencia, mezclado con la impotencia de no haber estado junto a él, de no haberle dado la mano en su tránsito, con la zozobra y angustia interior de no saber que habrá sentido, ni pensado, ni visto en su final. Y doy gracias, porque hemos podido acompañar en su final a Pilar y Andrés. 
Por eso hoy, día de difuntos, quiero tenerlos presentes a todos ellos, y de forma especial a quienes rondaban o superaban los 90; ellos que vieron su infancia truncada por la Guerra Civil, que les marcaría buena parte de su vida, y sobre cuyos enormes esfuerzos, se asienta nuestro bienestar como sociedad (mejorable, pero bienestar gracias a ellos); que supieron hacer frente a múltiples adversidades en su vida y siempre con la honradez y mano tendida a los demás como bandera. GRACIAS POR VUESTRAS VIDAS¡¡¡ 
Y en homenaje a estas personas que se nos han ido, y en especial a Andrés, comparto mi Acción de Gracias por su vida, leída en su funeral. 
Hoy, Señor, te queremos dar gracias por la vida por la vida de Andrés, nuestro padre, yayo, bisa, amigo, hermano… 
Gracias por su vida sencilla, fecunda y llena de vitalidad y amor, en medio de unos tiempos difíciles, y llenos de adversidades. 
Tu vida, como la de tantas otras personas de tu época, abarca una experiencia y cambios de vida, que difícilmente podemos imaginar. 
Fuiste un niño pastor, de los que cuidaba el ganado y luego llevaba la gavilla de leña a casa para contribuir al calor de la familia, esa que tanto querías 
Tus juegos de infancia se vieron mezclados con las barbaridades de la guerra civil, algo que os dejaría una huella tan invisible como profunda, aunque tú no te quedaste nunca en el rencor. 
La mili en tierras africanas (con el fallecimiento de tu padre en tu ausencia); y de nuevo volver al pastoreo, ese en el que tu disfrutabas a pesar de las penurias, en el que tu conocías ( y aún reconocías muchos años después) a cada una de tus ovejas, y algunos de sus nombres. 
Luego llegaría la boda con Carmen, nuestra madre, y poco a poco nosotros, Victoria, José, Andrés y Mercedes, si bien de nuevo tuvisteis que afrontar adversidades, enfermedades y esa trashumancia familiar. 
Tener que cambiar de oficio, a peón caminero, por esas carreteras de nuestras querida Soria; y nueva mudanza, pensando en el bienestar familiar. 
Y vuelta a cambiar de oficio (peón transportista) por las calles de Zaragoza, hasta llegar a la jubilación; que aprovechaste para seguir experimentando y viviendo la vida con intensidad, mientras te deleitabas con el nacimiento de cada nieto. 

Y de nuevo, otro reciclaje vital: durante la enfermedad de nuestra madre te convertiste en un magnifico cuidador, durante once largos años, llenos de cariño y ausencia de quejas. Y cuando ella se fue, tú volviste a mostrar tu amor a la vida, acogiendo con gozo la llegada de más biznietos, las celebraciones familiares, y disfrutando de las amistades y el sol de los bancos de la Calle García Sánchez. 
Ha sido increíble tu trayectoria vital, GRACIAS POR TU VIDA 
Una vida de la que te sentías orgulloso, porque desde tu humildad y sencillez no habías debido nunca nada a nadie y con tu esfuerzo y el de la madre, nos habíais sacado adelante y has podido disfrutar de una buena vejez, saboreando cada instante de la vida. 
Ha habido momentos muy difíciles, duros y adversos, pero tú, cual junco del Suso, has sabido sobreponerte y volver a la vida. 
Has sido ejemplo de cómo en la adversidad también está la felicidad (Recuerdo cuando te invite a ir a la Expo y tú me respondiste: “Para qué? Si yo estoy bien aquí, con tu madre”. O momento expresabas: “Sabes?, pienso que ahora, la quiero más que cuando me case con ella” y ella estaba prostrada en la cama desde hacía unos años.) 
Has sabido expresar el amor y la ternura, especialmente en la relación con tus nietos y biznietos, y hasta tu último aliento, has sacado fuerzas para una caricia. 
En esta última semana, cuando ya era tiempo de despedida, has sacado energía de donde la ciencia decía que ya no había, para enviar besos a tus seres queridos, aún por video llamada, para acariciar a tus nietas y nietos y sentir tu mano acompañándolos. 


¡HAS AMADO TANTO LA VIDA¡, ¡HASTA EL ÚLTIMO MOMENTO, GRACIAS 

TU, que en esencia eras pastor, que seguías recordando a tus ovejas y los cuidados que les dabas, así como a tus amigos pastores; que cuando íbamos al pueblo, antes de llegar ya disfrutabas con sus montes y corrales, has hecho de este un estilo de vida, que no es otra cosa que el AMOR A LA VIDA 

GRACIAS POR TUS CUIDADOS Y DESVELOS, POR AMAR LA VIDA DE FORMA INTEGRA 

No te preocupes, ve tranquilo, tomamos tu testigo y nos comprometemos a dar continuidad a ese AMOR Y CUIDADO, 

Que tu reencuentro con nuestra madre y abuela CARMEN, y seres queridos sea gozoso, y juntos sigáis pastoreando en el AMOR y nos tengáis presentes como nosotros os tenemos y OS QUEREMOS.

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