Nos parece indecente que la llegada de unas 52.000 personas a lo largo de 2018 a nuestro país a través de nuestras fronteras de Ceuta, Melilla y de las costas andaluzas se esté utilizando por algunos líderes de partidos políticos y por determinados medios de comunicación como argumento para aumentar los sentimientos racistas y xenófobos de nuestra sociedad.
El Circulo de Silencio sigue reivindicando que todas las migraciones son forzadas y que todas deberían gozar del mismo estatus, porque todas obedecen a la misma causa: huir de la muerte, sea por guerra, persecución o pobreza extrema.
Ninguna persona puede ser ilegal y ninguna migración es voluntaria.
Nos vemos el viernes 1 a las 8 en Plaza de España, junto a la Diputación.
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