Recibida la noticia del premio de los jesuitas a Manolo Fortuny,
me apresto a recordarle desde la admiración y el cariño.
(Santi Villamayor, el Picarral y La Química, 1 de enro de 2024)
Semilla del Picarral sembrada en el mar
la barca dejada en la orilla
sin mirar atrás, solo al arriba de abajo,
al delante desde un siempre más
La religión fue tu primera entrega.
después, tu conversión a la misión obrera.
En la tercera llamada, alentaste la ida
a los vulnerable de fuera
tu cuarta probación, que Dios tarde la quiera
cincelando humanas maderas de ébano
buscando en los pozos de Siquem
el agua de Samaria,
para multiplicar la “boule” y erradicar la ablación
por tu alma femenina, tu cuerpo hecho migas:
malaria de Kyabé, riñón escaso,
en silla de ruedas remendando esperanzas
Bienaventurados los débiles de recias manos,
negras y obreras
antes de piel fina, como hojas de Biblia
prensadas por tanques en el Camino de los Molinos.
Benditas las manos que protegen la tierra que otros roban
perdido en el tiempo, cuando de charrada,
ganado y atento cuando la causa llama,
frágil oblea en todoterreno
fundido en el pueblo
dejada la barca en la playa
y la espuma blanca
Santi Villamayor (Zaragoza enero de 2024)
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