viernes, 13 de septiembre de 2024


 Mensaje del 43º Congreso de Teología

GUERRA Y PAZ: ¿HAY SALIDA A LA VISTA?

Del 6 al 8 de septiembre de 2024 hemos celebrado el 43 Congreso de Teología sobre GUERRA Y PAZ: ¿HAY SALIDA A LA VISTA? Han participado personas de diferentes países y continentes y especialistas en diferentes disciplinas que nos han ayudado a entender mejor el panorama conflictivo internacional.

1. Según el Instituto de Economía y Paz, existen 56 conflictos activos con 92 países involucrados, la cifra más elevada desde la II Guerra Mundial. Se han alcanzado cifras record en gasto militar, que asciende a 2913 billones de dólares, 190 veces mayor del empleado para combatir el hambre. Los conflictos en Ucrania y Gaza son los principales impulsores de la disminución de la paz.

2. Ucrania está viviendo una situación de guerra tras la invasión de Rusia, que le niega su independencia y soberanía trasgrediendo así el derecho internacional. Estados Unidos y la Unión Europea rearman a Ucrania provocando un conflicto de larga duración con numerosas víctimas de ambos lados, sin ninguna propuesta de la paz.

3. Palestina vive sometida al sistema colonial israelí, una de cuyas bases es el sionismo religioso. Desde el 7 de octubre de 2023 en que militantes de Hamas asesinaron a 1150 personas y secuestraron a otras 240, lo que constituye un crimen de guerra, el ejército israelí está llevando a cabo un genocidio con 41.000 asesinatos en su mayoría niños, niñas y mujeres, y 92.000 heridos, y un ecocidio con el 75 por ciento de las infraestructuras destruidas. Todo ello con el apoyo político y militar de Estados Unidos y de la Unión Europea y ante la pasividad de la comunidad internacional. Israel viola impunemente el derecho internacional humanitario sin ser objeto de sanciones.

4. Los conflictos bélicos están causando destrucción, muertes, fragmentación social, pobreza, hambre, sufrimiento, destrucción de la naturaleza, desplazamientos masivos en condiciones precarias, feminicidios e infanticidios. Los pueblos nunca ganan las guerras y siempre ponen los muertos.

5. Asistimos a un alarmante crecimiento de narrativas belicistas que presentan la vía de la guerra como la opción inevitable. Cada vez hay más sectores que ridiculizan la defensa de la paz, de los derechos humanos y del derecho internacional. Crece la impunidad, se normaliza la banalidad del mal y se reduce a las víctimas a simples números.

6. Frente a los discursos hegemónicos, patriarcales, racistas y antropocéntricos, hemos dirigido una mirada ecofeminista a la guerra y a la paz, que nos ha descubierto la existencia de otros lugares y formas de guerra como la división sexual del trabajo y la violencia de género, que atentan contra el corazón, las mentes y los cuerpos sufrientes de las mujeres y las niñas, y contra las personas LGTBIQ, así como el ecocidio a nivel planetario. Una mirada decolonial nos ha mostrado la pervivencia del colonialismo en los conflictos mundiales. Denunciamos el apartheid de género al que son sometidas las mujeres afganas oprimidas, silenciadas, invisibilizadas y tristemente olvidadas.

7. Existen también escenarios de resistencia pacífica frente a las lógicas coloniales y patriarcales y al genocidio, así como afectos de sororidad y redes de solidaridad y de cuidados que luchan por la paz y apuestan por la vida.

8. Los textos bíblicos resultan iluminadores en el trabajo por la paz, que es inseparable de la justicia, como afirma bellamente el Salmo 85: “La Justicia y el Amor se han dado cita. La Justicia y la Paz se besan. La verdad brota de la tierra. La Justicia se asoma desde el cielo”. Los profetas de Israel/Palestina consideran que la paz es fruto de la justicia. No hay, por tanto, paz sin justicia, ni justicia sin paz. Jesús de Nazaret declara bienaventuradas a las personas constructoras de paz. El término hebreo que mejor expresa el ideal de paz es Shalom, que no debe entenderse simplemente como ausencia de guerra, sino como bienestar integral: estar en armonía con la naturaleza, con los demás seres humanos y con Dios.

9. Ante el panorama descrito no podemos guardar silencio, ni ser neutrales, ya que nos convertiríamos en cómplices. Tampoco podemos caer en actitudes derrotistas y fatalistas, que nos llevarían a cruzarnos de brazos ante las guerras y las injusticias. Es necesario ponerse del lado correcto de la historia, que son las personas, los colectivos y los pueblos sufrientes y buscar alternativas para evitar que la guerra sea eterna.

10. La prioridad en la lucha por la paz es la eliminación de las brechas de la desigualdad por género, identidad sexual, etnia, clase social, cultura y religión. Es necesario, asimismo, imaginar futuros no distópicos y hablar de otro modo que el relato hegemónico. El ideal de paz requiere la justicia social y personal y el cuidado de la integridad de la Tierra, de sus derechos y su biocapacidad.

Concluimos este mensaje con la propuesta ética de Kapuscinski: “Hay que estar siempre con la gente que sufre” y la consiga de este Congreso: “Si quieres la paz, apuesta por la trama de la vida”.

8 de septiembre de 2024

domingo, 8 de septiembre de 2024


COMUNICADO DE REDES CRISTIANAS SOBRE LAS DECLARACIONES DEL PRESIDENTE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL A PROPÓSITO DEL ALCALDE DE VITA.


Con sorpresa e indignación, hemos escuchado recientemente al presidente
de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, monseñor Argüello, valorar la
participación del alcalde de Vita (Ávila) en las fiestas locales con una canción, no solo
lamentablemente casposa, sino que hacía referencia sin el más mínimo pudor, al
abuso sexual a una niña.
La descalificación y condena a dicho alcalde ha sido unánime por parte de la
opinión pública y de entidades de distinta orientación ideológica por lo que su conducta
supone de blanqueamiento de la pederastia.
Ante las preguntas de algún medio de comunicación al respecto, monseñor
Argüello ha reprobado, claro, la actuación del alcalde, pero de algún modo ha
justificado lo ocurrido en el contexto de las fiestas de los pueblos en los que muchas
personas beben demasiado. Además, ha dicho que hay otros casos reprobables,
canciones, …en dicho tipo de fiestas y que hay que procurar no caer en un
puritanismo. (La entrevista, realizada por Europa Press puede verse en: Presidente de
la CEE reprueba cánticos del alcalde de Vita pero pide ponerlos "en contexto"
(europapress.es)
La cuestión de los abusos es de tal gravedad que asombra que dichas
justificaciones, a las que nadie le obligaba, se hayan puesto sobre la mesa. La Iglesia
Católica en España tiene, claramente, un gravísimo problema sin resolver con la
pederastia, cometida por miembros del clero y laicos vinculados a instituciones
religiosas, por tanto, se espera de su máximo responsable una especial sensibilidad y
una condena tajante hacia el tema. Hay cuestiones que no se pueden frivolizar ni
justificar por el hecho de que una persona esté de fiesta o haya bebido. Aquí no caben
medias tintas y la condena de lo que nunca puede ser una "bromita" ha de ser
implacable. Qué ocasión ha perdido monseñor Argüello para mostrar que la lucha de
la Iglesia contra la pederastia es creíble y que hay que exigir a toda la sociedad que se
manifieste de manera inequívoca en contra de esa lacra, que tanto dolor y sufrimiento
causa y, cómo no, exigírselo a cualquier autoridad pública, un alcalde en este caso.
Resulta igualmente indignante y triste el comentario de no caer en el
puritanismo cuando estamos viendo las protestas continuas de la jerarquía católica
cuando considera que ha habido ofensas a la religión en distintos hechos (el más
reciente, en la inauguración de los Juegos Olímpicos). ¿No ha habido aquí también, en
la canción del alcalde de Vita, una ofensa a la religión que aboga por la defensa de los
más débiles e inocentes, como son los niños?
Pedimos al presidente de la Conferencia Episcopal una rectificación de sus
declaraciones y esperamos de él una condena clara y sin paliativos de la actuación del
alcalde de Vita.

7 de septiembre de 2024

jueves, 5 de septiembre de 2024

 Tomado de Redes Cristianas (editorial del 2 de agosto)

A propósito del PACTO SOBRE LA MIGRACIÓN Y ASILO 2024. «Humanizar la humanidad»


Que la migración es impulso y necesidad del ser humano parece una obviedad. No se trata de un fenómeno nuevo. Bien entendida, la migración es la mejor parábola del ser humano: siempre migrante, siempre migrando.
Algunos datos mínimos podrán asomarnos a la presencia de este fenómeno en nuestros días. Según ACNUR 2023 los desplazamientos, mayormente forzados, pueden estar superando en el 2024 los 120 millones de personas en el planeta.
Y como sombra difícilmente separable del cuerpo, la migración suele venir acompañada de dolor y aun de muerte. En los últimos doce años se cuentan más de 60.000 personas migrantes, desaparecidas o muertas, de las que 29.000 han sido engullidas por las aguas del Mediterráneo. La ruta Canaria cuenta con más de 21.000 víctimas en el mismo periodo.
Esta enorme tragedia, que se repite como una pesadilla, ha obligado finalmente a la UE a revisar y corregir mismas fuentes jurídicas de referencia. Después de reiterados intentos y demoras la UE ha llegado a firmar el Pacto sobre Migración y Asilo 2024 (1).
Su intención, más larga que sus resultados, era buena: gestionar mejor la migración y el asilo en sus fronteras, tratando de equilibrar la solidaridad y responsabilidad de los Estados miembros con la necesaria seguridad y protección de los derechos de las personas migrantes.
Pero el resultado se ha quedado indudablemente más acá de sus buenas intenciones. Su rígido control de fronteras —que obliga a la persona migrante a emprender rutas más largas y peligrosas—, la externalización del fenómeno —que pretende implicar a los países de origen o de tránsito, siempre más inseguros, en el control de los flujos migratorios — y su entrada en vigor en el 2026, después de un largo periodo de transición, entre otros, han llevado a muchos activistas y expertos a calificar el pacto de regresivo en derechos humanos y de retroceder más de medio siglo en derechos migratorios.
Este pacto, votado por las bancadas de ultraderecha, de la derecha moderada y la socialdemocracia en la Eurocámara y que ha supuesto para su presidenta, Roberta Metsala, “hacer historia”, para Amnistía Internacional “solo conducirá a un mayor sufrimiento humano”; y la izquierda del Europarlamento no ha dudado en calificarlo de “Pacto de la vergüenza”.
Desde Redes Cristianas no dejamos de ver y denunciar la hipocresía de unos países receptores, conscientes de estar violando derechos fundamentales de las personas y tratados internacionales sobre el derecho a la migración, mientras sus multinacionales absorben la riqueza de los países originarios y la ciudadanía nos aprovechamos del trabajo más ingrato de su población migrante.
Desde este lado de las migraciones, el mundo que estamos construyendo con nuestras políticas cortoplacistas y farisaicas necesita un cambio radical. Un mundo otro en el que los prejuicios y el miedo inducido, la indiferencia y el odio no prevalezcan sobre la solidaridad y la fraternidad en la vida social y política.
Necesitamos un cambio de paradigma capaz de “revertir, subvertir y cambiar la historia en otra dirección”, como diría el teólogo mártir Ignacio Ellacuría. Hasta que llegue a ser la tierra un lugar para toda la humanidad y podamos reconocernos, como dice el Papa Francisco, con “la misma dignidad y siendo una misma familia”. Lo dejó dicho, con frase lapidaria, Pedro Casaldáliga: necesitamos “humanizar la humanidad”.

(1) En nuestro propio país, sin ir más lejos, aún sigue abierto, el problema del hacinamiento de los Menores no Acompañados en Canarias. Un problema que afecta a unos 6.000 adolescentes llagados milagrosamente a nuestras islas.
Se trata, nadie lo duda, de un asunto muy delicado y complejo que requiere poner en juego aspectos humanitarios, legales, sociales, administrativos, etc., y la estrecha colaboración entre el Gobiernos Central, las CC.AA y las ONG. (Algo, como sabemos, difícil de alcanzar, dada la distancia ideológica y el populismo político de la ultraderecha).
Pero no deja de sorprendernos el hecho de que, en una sociedad como la nuestra —que se muestra en tantas ocasiones generosa y solidaria—, tratándose de las migraciones y sobre todo de niños y niñas, aparezcan tantas resistencias para su acogida. ¿Qué es lo que nos puede estar pasando? ¿De dónde salen tantos miedos y prejuicios? ¿Son en realidad más fuertes los prejuicios ideológicos y la aporofobia que la generosidad y la actitud ciudadana de acogida?