miércoles, 30 de abril de 2025

 Comunicado de Redes Cristianas sobre el próximo Papa



Ante la inminencia del cónclave que elegirá al sucesor del Papa Francisco, desde REDES CRISTIANAS sentimos la necesidad de compartir algunas reflexiones que consideramos urgentes.

El pontificado de Francisco representó una ruptura significativa con la etapa anterior, caracterizada por papados de orientación conservadora. Su sensibilidad hacia los pobres y excluidos, su impulso por una Iglesia más abierta, fraterna e inclusiva, y su valentía para cuestionar estructuras de poder despertaron esperanzas en amplios sectores del pueblo creyente. Por ello, muchos fieles temen hoy que su sucesor no comparta ese talante y que el proceso de reforma iniciado sufra una involución. Compartimos esta preocupación y deseamos que el nuevo pontífice consolide y profundice el camino de solidaridad con los oprimidos, de denuncia profética de las injusticias y de construcción de una Iglesia que viva la igualdad y la dignidad de todos sus miembros.

Valoramos positivamente la actitud reformista de Francisco, quien encomendó al Sínodo de la Sinodalidad la tarea de identificar y corregir aspectos inadecuados de una tradición eclesial de siglos. No obstante, lamentamos que, a pesar de su talante renovador, persisten realidades como el dogmatismo, el culto látrico y la estructura jerárquico-clerical. La tarea de erradicar estas lacras sigue pendiente, y consideramos que el nuevo Papa debería comprometerse activamente en su superación.

Entre los desafíos más urgentes que el futuro pontífice debería enfrentar señalamos: la crisis provocada por los casos de pederastia, la persistencia de actitudes clericalistas, las discriminaciones basadas en género, orientación sexual o condición social, y la falta de apertura al diálogo ecuménico e interreligioso. Asimismo, es fundamental que la Iglesia reconozca la importancia de respetar la laicidad, favoreciendo una convivencia donde la fe sea fermento de libertad y servicio, y no imposición en la esfera pública ni sobre las conciencias individuales.

Sin embargo, consideramos fundamental ir más allá de las expectativas depositadas en una sola figura. El método de elección papal, reservado a unas decenas de cardenales designados por pontífices anteriores, refleja una forma elitista y no democrática de gestión eclesial, en contraste con el ideal de una Iglesia como “pueblo de Dios”. Confiar todo al perfil personal del próximo Papa perpetúa una lógica de dependencia vertical —una forma de “papalatría”— que desdibuja la responsabilidad colectiva de toda la comunidad creyente.

Queremos reafirmarlo con claridad: el proyecto de Jesús de Nazaret, y no la autoridad personal de ningún líder, debe ser siempre la fuente y la medida de la vida eclesial. La verdadera fidelidad al Evangelio exige que el protagonismo recaiga sobre todo el pueblo creyente, animado por el Espíritu, discerniendo y actuando en comunión. El papel del Papa y del episcopado sólo se justifica en la medida en que permanezcan fieles al mensaje de Jesús, impulsando una Iglesia “en salida”, al servicio de la vida y de la esperanza de los pueblos, especialmente de los más pobres y olvidados.

Anhelamos una Iglesia que viva desde la humildad, respete la autonomía de las realidades civiles y ofrezca su fe como propuesta libre y liberadora. Una Iglesia que no pretenda dominar los espacios sociales ni políticos, sino que sea profética en su palabra, laica en su espíritu y fraterna en su vida cotidiana. Una Iglesia que implemente las propuestas del Sínodo de la Sinodalidad, promoviendo igualdad real en su interior, donde la jerarquía sea servicio y no poder, donde se aborden temas pendientes como el celibato opcional de los clérigos y la participación igualitaria de las mujeres y de todos los bautizados, sin exclusiones por género, orientación sexual o condición social, tal como ocurría entre los primeros seguidores de Jesús.

Soñamos con una Iglesia que asuma el diálogo ecuménico e interreligioso no como un gesto de mera tolerancia, sino como una vocación auténtica de construir puentes, reconocer la acción del Espíritu más allá de sus límites institucionales y colaborar activamente en la promoción de la paz, la justicia y el cuidado de la creación. En este compromiso con la paz, es indispensable un rechazo claro de toda forma de guerra y, especialmente, de las matanzas masivas que desfiguran la dignidad humana y destruyen pueblos enteros. La fidelidad al Evangelio exige un testimonio radical a favor de la no violencia y de una cultura de encuentro. Asimismo, el clamor de la Tierra y de los pobres reclama una conversión ecológica más decidida: abrazar una opción ecológica no sólo como un discurso, sino como una praxis concreta que cuestione los estilos de vida insostenibles y las estructuras injustas que generan exclusión y devastación ambiental.

En este camino de renovación, resulta esencial fortalecer la cohesión de las diversidades existentes en el seno de las iglesias, entendiendo la pluralidad de tradiciones, culturas y sensibilidades no como un obstáculo, sino como un don que enriquece la comunión. Esta apertura a la diversidad debe ir acompañada de una apuesta decidida por profundizar los intentos de comunidad real, donde se escuchen y valoren todas las voces, especialmente las que históricamente han sido marginadas. En esta línea, se vuelve urgente que las iglesias, particularmente aquellas con fuerte arraigo nacional o privilegios históricos, renuncien a posiciones de poder que contradicen el testimonio evangélico.

El futuro de la Iglesia no se juega únicamente en la elección de un nombre, sino en la decisión cotidiana de sus miembros de vivir según la lógica del Reino: justicia, fraternidad, misericordia y libertad.

viernes, 25 de abril de 2025

 



Varias personas de las comunidades de
CODEF y Torrero1,
celebramos la Semana Santa en
Santa María de Huerta, en la Casa
de Espiritualidad
del Sgrado Corazón



VIERNES SANTO 2025 - SANTA MARÍA DE HUERTA



     


Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz se dirigió hacia el sitio llamado “la Calavera” (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron, y con él a otros dos, uno de cada lado, y en medio Jesús.











jueves, 24 de abril de 2025

 



Varias personas de las comunidades de
CODEF y Torrero1, 
celebramos la Semana Santa en
Santa María de Huerta, en la Casa
de Espiritualidad
del Sgrado Corazón



JUEVES SANTO 2025  - SANTA MARÍA DE HUERTA

Los evangelios nos dicen que Jesús celebró con sus discípulos y discípulas una cena ¿pascual?, ¿de amistad?... Ciertamente en los días cercanos a la celebración de la Pascua judía, pero en ese momento no tenían conciencia de que era una despedida, escucharon las palabras de su maestro sin saber que les estaba ofreciendo su testamento vital. Solo mucho más tarde pudieron rescatar ese testamento de vida que les dejó su maestro y hacerlo el núcleo de su manera de vivir y de su predicación.

Es cierto, por lo que recogen las fuentes, que fue una cena cargada de tensión, desconcierto, dolor, las amenazas sobre la vida de Jesús les pesaba como una losa, la posibilidad de una traición, y el miedo real a que atentaran contra su vida rondaba en el ambiente, pero ciertamente no esperaban ese rápido desenlace.

Leyendo el evangelio de Juan, donde elabora, posteriormente, un largo discurso en el que recuerda el núcleo del mensaje de Jesús y por tanto de alguna manera lo reconoce como su testamento: “Que os améis como yo os he amado” (Jn 13,34).



martes, 22 de abril de 2025

ASA nos invita  a dos actos
de celebración de su 40 aniversario



Comienzan las celebraciones de los 40 años de ASA y lo hacemos en Huesca en la biblioteca municipal Mariano Pano el viernes 25 a las 20 h.



Y el domingo 27 en Zaragoza hay un concierto solidario, cuya recaudación se destinará al proyecto del Hogar de niñas de Katmandú.



lunes, 21 de abril de 2025

 


Ha muerto el Papa; comunicado de Redes Cristianas

Por Raquel
-21 abril 2025

Como una tormenta de verano, la noticia ha irrumpido en nuestras vidas: rápida, inesperada, conmovedora. “Ha muerto el Papa” —se repite en el bar, en el autobús, en la calle.

Las redes sociales, los correos, los grupos de WhatsApp bullen con la misma frase, como si el mundo entero hubiera contenido la respiración.

Desde Redes Cristianas, nos unimos a esa conmoción con un corazón sentido y, al mismo tiempo, agradecido. Tristes por la pérdida de una figura profundamente humana; gozosos por la esperanza que sembró en medio de esta Iglesia y este mundo fragmentado.

Ha partido un hombre que, sin dejar de ser frágil y limitado, supo abrir rendijas importantes en los muros de la Iglesia. Un hombre que no se proclamó dueño de la verdad, sino peregrino en la búsqueda; que cambió el trono por la silla del encuentro; que prefirió los gestos al boato; que abrazó a los descartados como si abrazara al mismo Cristo.

Francisco —como eligió llamarse, en un guiño profético al poverello de Asís— deja tras de sí una estela de palabras y signos profundamente evangélicos. Nos regaló textos memorables que marcarán un antes y un después en el pensamiento eclesial y social.

En Evangelii Gaudium nos llamó a una Iglesia “en salida”, que no tenga miedo de ensuciarse en las periferias. Con Laudato Si’ elevó la ecología a categoría espiritual, denunciando con fuerza profética el modelo económico que devasta la tierra y descarta a los pobres. En Fratelli Tutti puso sobre la mesa la fraternidad universal como camino de paz frente a los muros del odio y del nacionalismo. Y con Amoris Laetitia se atrevió a mirar con ternura la complejidad de las relaciones humanas, proponiendo una moral del acompañamiento, más que del juicio.

Francisco no lo cambió todo. No pudo, o no quiso. Su acercamiento a las mujeres en la Iglesia fue tímido, y muchas reformas estructurales quedaron pendientes. Pero sembró preguntas, removió conciencias, reabrió caminos.

Sus silencios frente a ciertas tensiones internas despertaron incomprensiones. Pero también fue firme frente a los abusos, implacable con el clericalismo, y valiente al afrontar una reforma de la Curia que otros solo soñaron.

Nos queda su estilo pastoral, cercano, directo, profundamente humano. Y nos queda su testimonio de vida: un pastor que no se retiró del mundo, sino que lo abrazó; que no impuso, sino que propuso; que no condenó, sino que acogió.

Hoy, desde Redes Cristianas, sentimos su partida, con el alma llena de agradecimiento y esperanza.

Sabemos que su pontificado será evaluado con el tiempo, con la serenidad que permite ver los frutos más allá de las apariencias. Pero hoy, simplemente, damos gracias a Dios por su vida, por su palabra, por su coraje evangélico.

Y, como él tantas veces dijo, oramos: «Recen por mí».

 

Muere el papa Francisco, un vendaval social y reformador en la Iglesia

El pontífice ha fallecido a los 88 años, según ha anunciado el cardenal Farrell



Francisco ha sido el Papa que ha pilotado la entrada de la Iglesia en el siglo XXI, afrontando los dilemas actuales .
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Si hay una palabra que resume la prioridad de su mandato es “periferia”, de quien está al margen de la sociedad, de la ciudad, de las fronteras, quien se halla lejos del poder.
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La revolución de Francisco se tradujo principalmente en lo social y en su abierta crítica a los excesos del sistema económico actual, la más directa de un pontífice hasta ahora. Con una especial preocupación por la ecología y el cambio climático, un asunto al que dedicó nada menos que su primera encíclica, Laudato sì, en 2015, (la anterior, Lumen fidei, de 2013, era en realidad una que había dejado a medias Benedicto XVI y él completó). Incidió aún más en su crítica en la siguiente, Hermanos todos (2020), que arremetía contra el neoliberalismo y el populismo. La cuarta y última, Nos amó (2024), fue la más teológica y espiritual, una llamada a actuar con el corazón, más allá de la lógica del dinero y de la frialdad de los algoritmos.

domingo, 13 de abril de 2025

 Ayer sábado 12 de abril,
las comunidades cristianas populares 
de Zaragoza, celebramos la Pascua
Cristiana, coincidiendo con los comienzos
de la primavera

CELEBRACIÓN DE LA PASCUA DE CCP ZARAGOZA

12 abril 2024

Cuando la naturaleza habla

Nos cuenta Fidel Aizpurua en su último libro que, La naturaleza es un libro abierto que existía antes que la escritura. Es un lenguaje no verbal primordial de múltiples posibilidades, no siendo la menor la de introducirnos a la contemplación. Es por ello un lenguaje muy útil para la celebración de la fe, adaptable a la espiritualidad eucarística. Fieles al principio tradicional de que la fe entra por el oído, por el discurso ideológico, los elementos de la naturaleza no han tenido mucha cabida en la liturgia.

Es fácil ver que el lenguaje no verbal de los elementos de la naturaleza es una realidad muy adaptable y es por ello que hemos querido hoy en nuestra celebración tenerlos presentes.

Hemos puesto la mesa, con un mantel de las mujeres de la India con las que durante tantos años convivió nuestra amiga Pilar Guedea.

El agua, que únicamente se pone en relación con el bautismo, podría ser entendida como signo de vida y de la frescura (como fresco es el espíritu).

El fuego, simbolizado con esta vela, sería leído como el calor que anida en el fondo de la fe, en el subsuelo de la celebración.

La luz, que remite a la Pascua, simbolizada en ese grupito de velas rojas, nos evoca una fe que ilumina.

Las flores, nos hablan de la llamada a la belleza, al cuidado, y nos hace el discurso atrayente y enamorador.

Y, finalmente el pan y el vino, recordando el gesto que Jesús hizo con sus amigos y que seguimos rememorando las personas que queremos seguir su estela.